miércoles, diciembre 01, 2004

Instintos.

Miradas coquetas y atrevidas,
insinuaciones de palabras,
intercambio de nombres.

Animales en una selva donde las inhibiciones no tienen cabida;
Pugna por obtener el trofeo más esbelto y hermoso,
o premio razonable para satisfacer los deseos de la carne;
exaservados por la noche de casería.

Animales acicalándose con aromas atrayentes o polvos mágicos.
La presa desiste ante el acoso
y cae ante el animal en potencia,
este anuncia a la manada que debe aislarse para finalizar el rito de los instintos.

Cuerpos ardientes por manos atrevidas,
ósculos furtivos en zonas prohibidas,
animales transpirando por tratar de fulminar el deseo,
el momento del éxtasis llega,
y después de la envestida se le hace honor al reposo.

Entonces se presenta la disyuntiva…
Que será mas rápido, la crónica de la vida o del amor?
Porque la epopeya de la vida se expone como el abrir y cerrar de un ojo,
y la del amor como un hola y un adiós…

Oriaj.