jueves, enero 27, 2005

Amor de borracho.

Han desembarcado mis naves, observo este puerto,
recibido con alegría soy por esta botella coqueta,
que no sabe de sentimientos ni de penas ni de desamor, pero siempre los acompaña y los consuela,
el perro es el mejor amigo del hombre, porque no se precisa de dinero para obtener su compañía, pero sino, bueno, para que hablar mas de alcohol si los poetas somos correligionarios?.
Creo haberla visto varias veces en el día, mientras caminaba con mis amigos o tomaba de alguna botella, cuando iba al trabajo y cuando iba a clases, pero, que escurridiza! siento algo tan grande, eres una aparición fugaz, mi mujer escarlata, no se desde que grado sentimental te vuelves enfermedad e ilusión,
o en cual es que estoy interactuando contigo, la enfermedad me da con mezclarlas todas, lo que hago contigo y lo que imagino, y se ha vuelto mi vida un espectáculo mitad drama mitad alegría, mitad sueños de amor y ansias salvajes. Solo tú puedes curarme, mujer salvaje, tus remedios ocasionales me enferman mas, sí, esas miradas, esa gracia de tu cuerpo,
a veces no se cuando es coqueteo intencional o es propia virtud tuya, pero que importa? sí yo también soy egoísta, y te quiero para mi, veo en cada gesto tuyo lo que me de la gana de interpretar, porque así somos los enamorados, y los fanáticos, y por eso es tan grande la caída y tan duro tocar el fondo al vaciar la botella, sin haber terminado uno de lamentarse.

Dennis Emerson.