Almas decadentes.
Disparos son la melodía del barrio,
cuando cae la noche ojos acechan tu caminar
la luna el único testigo ante el oscuro cielo, estrellas
aceras y pasos fríos que sorprenden por doquier.
La inocencia no existe
solo primitivos urbanizados que a punta de hierro codician lo que cargues,
hijos de la maldad que no drenaron los años de civilización
y el ego del hombre moderno.
Pasos nocturnos de almas que desgastan su existencia
en aromas de tiempos subterráneos,
destino incierto entre callejones y oscuridad,
noches y disparos.
cuando cae la noche ojos acechan tu caminar
la luna el único testigo ante el oscuro cielo, estrellas
aceras y pasos fríos que sorprenden por doquier.
La inocencia no existe
solo primitivos urbanizados que a punta de hierro codician lo que cargues,
hijos de la maldad que no drenaron los años de civilización
y el ego del hombre moderno.
Pasos nocturnos de almas que desgastan su existencia
en aromas de tiempos subterráneos,
destino incierto entre callejones y oscuridad,
noches y disparos.
Juan Carlos Jáquez.
1 Comments:
¡Terrible..! Por verdadero en tantos lugares del mundo.
Da un poco de miedo esta sociedad urbanizada, que no civilizada, como tan bien lo has visto, amigo.
Y destinos inciertos a compás ¿qué otra cosa..?
Estupenda reflexión, aunque, repito, terrible.
Siete besos
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